El General Ignacio Zaragoza Seguín (1829–1862)


El General liberal y libre pensador de la Batalla del 5 de Mayo de 1862.

    El General Ignacio Zaragoza Seguín (1829–1862) es uno de los personajes más emblemáticos del México republicano del siglo XIX. 

    Nacido en Bahía del Espíritu Santo, hoy Goliad, Texas (entonces parte de México), Zaragoza fue mucho más que un militar victorioso: fue un liberal comprometido, un hombre educado, con ideas progresistas y, según diversas fuentes históricas, un masón influenciado por los principios de libertad, igualdad y fraternidad que permeaban entre los liberales de su época.

Liberalismo y formación ideológica.

    Desde joven, Zaragoza simpatizó con las causas liberales, oponiéndose a la centralización del poder y defendiendo las ideas de laicismo, reforma agraria y soberanía popular.


    Se unió a las fuerzas insurgentes durante la Revolución de Ayutla (1854–1855), movimiento que derrocó la dictadura de Antonio López de Santa Anna y dio origen a la Constitución de 1857, texto fundamental del México moderno.

Zaragoza no fue un militar por formación, sino por necesidad patriótica.

    Originalmente estudió para sacerdote, pero abandonó esa vocación por convicción ideológica, ya que creía en la separación entre Iglesia y Estado. En su vida personal y pública sostuvo los valores del librepensamiento, oponiéndose al fanatismo religioso y promoviendo una educación racional y científica para el pueblo.

Vinculación con la masonería.

    Aunque no hay registros definitivos de su iniciación formal, Zaragoza es considerado por muchos historiadores como miembro de la masonería liberal, que tuvo un papel relevante en el desarrollo del México del siglo XIX.

    Muchos de sus contemporáneos y aliados como Benito Juárez, Melchor Ocampo o Miguel Lerdo de Tejada eran masones activos, y compartían con Zaragoza la defensa del estado laico y de los derechos civiles.

    La masonería en México, especialmente en el Rito Nacional Mexicano y el Escocismo, fue un espacio de discusión filosófica y política que influenció la lucha contra el poder clerical y el conservadurismo.

    Zaragoza, como hombre ilustrado, era asiduo lector y conocedor de autores ilustrados como Voltaire, Rousseau y Montesquieu.

La Batalla del 5 de Mayo.

    Su legado más reconocido es la Batalla de Puebla del 5 de mayo de 1862, donde, al mando de un ejército mal armado y en condiciones precarias, logró detener el avance del poderoso ejército francés, considerado en ese momento como uno de los mejores del mundo.

    Esa victoria no solo fue militar, sino simbólica y moral: representó la defensa de la soberanía nacional frente al imperialismo europeo y la afirmación de un México republicano, liberal y laico.

En su famoso parte de guerra, Zaragoza escribió:

“Las armas nacionales se han cubierto de gloria.”

    Esa frase encapsula su pensamiento: no se trataba de una victoria personal, sino de una victoria del pueblo mexicano y sus instituciones republicanas.

Muerte temprana y legado.

    Poco después de su victoria, Zaragoza murió de tifoidea a los 33 años, el 8 de septiembre de 1862. Su muerte prematura lo convirtió en una figura casi mítica.

    Fue sepultado con honores de héroe nacional, y su nombre quedó inscrito en letras de oro en el Congreso de la Unión.

Hombre libre, símbolo eterno.

    Ignacio Zaragoza representa al ciudadano-soldado, al hombre que toma las armas no por gloria personal, sino por convicción patriótica y filosófica.

    Fue un defensor de las libertades civiles, del Estado de derecho y de la razón sobre el dogma.

    Como tal, se le reconoce no solo como un héroe militar, sino como un libre pensador y posible masón que luchó por un México más justo y soberano.


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Colaboración/Investigación: Q∴H∴  Jose Luis Santana (C.P.A.)

Tesorero de California Hispanic & Latin American Research Lodge